La economía alemana es la mayor de Europa y una de las más sólidas del mundo.
Alemania es líder mundial en fabricación desde la Segunda Guerra Mundial, pero ¿cómo lo ha conseguido? La respuesta está en la gestión de la cadena de suministro, la educación y la productividad de los trabajadores.
Alemania pone su dinero donde importa.
Alemania es un país pequeño con poca población. Tiene la cuarta economía de Europa y la quinta del mundo.
Su PIB per cápita es superior al de Francia, Italia y España juntos.
Alemania invierte mucho en investigación y desarrollo (I+D). De hecho, gastó el 2% del PIB en I+D en 2015, más que cualquier otro país europeo excepto Suecia (2,4%) y Finlandia (2%).
En comparación, Gran Bretaña gastó un 1%. Estados Unidos también invirtió menos del 1% durante este periodo: solo el 0,8%.
Las empresas alemanas son expertas en la gestión de la cadena de suministro.
Las empresas alemanas son expertas en gestión de la cadena de suministro.
La gestión de la cadena de suministro es una herramienta estratégica para que las empresas aumenten su eficiencia, reduzcan costes y mejoren el servicio al cliente.
Las cadenas de suministro son parte integrante de cualquier empresa, pero la economía alemana ha tenido especial éxito gracias a su capacidad para gestionarlas bien.
El sector manufacturero alemán es muy productivo.
El sector manufacturero alemán es altamente productivo. Produce más con menos insumos que cualquier otra gran economía del mundo.
De hecho, es tan eficiente que ni siquiera China puede igualarlo: El trabajador medio de una fábrica china produce aproximadamente la mitad que su homólogo alemán.
La mano de obra está bien formada y es productiva.
La mano de obra alemana está bien formada y es productiva.
El país cuenta con una mano de obra altamente cualificada, con un tercio de la población con estudios superiores (frente al 20% en EE.UU.).
También tiene uno de los mercados laborales más flexibles de Europa; muchos trabajadores están dispuestos a cambiar de trabajo o a trabajar más horas cuando es necesario.
Además, las empresas alemanas invierten mucho en la formación de sus empleados -se calcula que un 3% del PIB al año- y muchas personas participan en programas de formación continua fuera de su trabajo habitual a medida que adquieren experiencia con el tiempo.
Esto ayuda a explicar por qué Alemania ha sido capaz de mantener su competitividad a pesar del envejecimiento de su población: Su reserva de cualificaciones sigue fortaleciéndose incluso cuando su mano de obra global se reduce debido a cambios demográficos como las bajas tasas de natalidad y el aumento de la esperanza de vida entre los jubilados[1].
Los trabajadores alemanes están altamente cualificados y son flexibles.
La mano de obra alemana está altamente cualificada y es flexible.
Hay unas 2.300 escuelas de formación profesional en Alemania, que ofrecen formación en todo tipo de oficios.
El país también cuenta con un excelente sistema de universidades que producen ingenieros, científicos y otros profesionales de talla mundial que pueden ocupar cualquier puesto de trabajo en su país o en el extranjero.
Además de estar bien formados, muchos trabajadores alemanes son capaces de trabajar rápidamente con las nuevas tecnologías porque han estado muy expuestos a ellas durante su infancia (especialmente a través de los videojuegos).
Por ejemplo: si necesitas a alguien que sepa cómo funciona Facebook en tu equipo, ¡puede que te interese un empleado alemán!
Las razones de la eficiencia de Alemania son variadas y algo sorprendentes
- La razón más obvia de la eficacia de Alemania es su compromiso con la Unión Europea.
- Alemania ha sido un firme defensor de la UE desde su creación, y ha desempeñado un papel decisivo ayudando a guiar a la organización a través de muchas situaciones difíciles a lo largo de los años.
- Esto ha contribuido a convertir a Alemania en una de las principales economías europeas, así como a garantizar que otros Estados miembros se beneficien de su asociación con la Unión.
- Otra razón por la que la eficiencia es importante en Alemania es su ubicación dentro de la propia Europa: el país se encuentra en una encrucijada entre el Este y el Oeste e históricamente ha podido aprovechar esta posición a la hora de comerciar con otras naciones a ambos lados de esta división (los países del Este podían comprar productos alemanes baratos gracias a las subvenciones proporcionadas por los del Oeste).
Conclusion
La economía alemana es eficiente, pero no sólo por sus infraestructuras o su mano de obra.
También tiene que ver con la cultura del país y su forma de enfocar los negocios.
Las empresas alemanas son conocidas por ser muy organizadas y eficientes, lo que las convierte en un buen ejemplo para otros países que buscan mejorar sus propios sistemas económicos.
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