La confrontación es un tema difícil.
Una cosa es tener una conversación difícil con tu jefe o un amigo, pero ¿qué pasa con alguien que se supone que te quiere y te cuida? Enfrentarte a tus padres puede asustarte, pero también puede ayudarte a aliviar el dolor de acontecimientos pasados.
En este artículo trataremos algunas cuestiones básicas que pueden surgirte a la hora de decidir si debes enfrentarte o no a tus padres.
¿Debo enfrentarme a mis padres por cosas que han ocurrido en el pasado?
Como hijo, tienes derecho a enfrentarte a tus padres.
Puedes hacerles preguntas sobre el pasado y su comportamiento, pero asegúrate de que se trata de algo que te ayudará a entender por qué hicieron lo que hicieron.
Si hay cosas que ocurrieron en el pasado que te molestan o te disgustan, enfrentarte a ellos puede ayudarte a aliviar algunos de esos sentimientos.
Debes defenderte si eso significa hacer lo correcto para ti y para los que te rodean.
¿Debo contárselo a otras personas si mis padres me han hecho daño a mí o a otra persona?
Si crees que tus padres te han hecho daño a ti o a otra persona, es conveniente que hables con alguien de confianza. Puedes hablar con un profesor, un mentor o un orientador del colegio.
También puedes hablar con un asistente social, un familiar o un amigo.
O puedes llamar a una línea telefónica de ayuda contra el maltrato (como Childhelp USA) para obtener más información sobre cómo pueden ayudar a los niños maltratados por sus padres.
¿Qué pasa si mis padres me maltratan, pero también son mi única familia?
Si tus padres te maltratan, es importante que recuerdes que no son las únicas personas que pueden ayudarte.
Tus amigos y familiares pueden ofrecerte consejo o apoyo, pero quizá no puedan hacer mucho más que eso.
Si tu situación es lo bastante grave como para necesitar la ayuda de alguien que sepa qué es lo mejor para niños como tú (y puede que incluso para adultos), puede que sea necesario acudir a un profesional.
A los niños pequeños les puede resultar muy difícil encontrar a alguien en quien confiar lo suficiente como para contarle sus problemas en casa, sobre todo si la persona que les causa esos problemas es también su padre o su madre.
Si no me enfrento a mis padres, ¿qué debo hacer?
Si no estás seguro de si está bien que los niños pequeños se enfrenten a sus padres, aquí tienes algunas cosas que debes tener en cuenta:
- Intenta hablar con ellos primero.
- Si tus padres han estado bebiendo y conduciendo o drogándose y conduciendo, eso es algo que tienes que abordar con ellos.
- Pero si sólo están siendo groseros o malos, entonces ir directamente a la yugular puede que no sea la mejor idea.
- En este caso, puede que sea mejor hablar de cómo te han hecho sentir en lugar de acusarles directamente de ser malas personas (a menos que ya hayan hecho algo ilegal).
- Pregúntate qué tipo de relación quieres tener con tus padres cuando crezcas, y pregúntate si enfrentarte a ellos ayudará o perjudicará esa relación a largo plazo.
- Recuerda que siempre habrá diferencias entre adultos y niños; los adultos tienden a la lógica, mientras que los niños tienden a la emotividad; los adultos tienen más experiencia que los niños a la hora de enfrentarse a los problemas; etc., así que no esperes ningún enfrentamiento entre padres e hijos sobre cualquier tema a cualquier edad, ¡o en cualquier otro lugar!
¿Cómo debo enfrentarme a ellos?
Cuando estés preparado para hablar con tu hijo, intenta mantener la calma y el respeto.
Céntrate en lo que quieres de él y no en cómo te ha ofendido.
Si es posible, asegúrate de que la conversación sea privada para que no la escuchen.
Además de ser respetuoso, sea específico sobre lo que quiere que su hijo haga de forma diferente la próxima vez.
Por ejemplo: «Me gustaría que habláramos de nuestros problemas antes de pelearnos». O «La próxima vez necesito ayuda con los deberes o las tareas de la casa».
También es importante que los niños tengan la oportunidad en estas conversaciones -y más aún si se les ha acusado de haber hecho algo malo- de explicar su versión de los hechos o de hacer ellos mismos preguntas (por ejemplo: «¿Por qué dijo mi profesor esas cosas?»).
Esto ayuda a que las cosas sean justas y evita que cualquiera de las partes se sienta atacada o malinterpretada por el punto de vista de la otra persona más adelante; sin embargo, a veces esto no es posible dependiendo de lo emocionalmente cargados que estén todos los implicados durante esas conversaciones.
Si alguna de las partes se altera demasiado durante las discusiones, quizá sea mejor esperar hasta que las cosas se hayan calmado antes de volver a intentarlo… o quizá simplemente tomarse un tiempo hasta que todo el mundo se sienta mejor.
Hablar de un problema difícil con alguien que se preocupa por ti puede ser más fácil de lo que crees.
Hablar de un problema difícil con alguien que se preocupa por ti puede ser más fácil de lo que crees.
- Habla del problema con un amigo o familiar.
- Habla del problema con un profesor o un orientador escolar.
Conclusion
Si estás pensando en enfrentarte a tus padres, es importante que sepas que no estás solo.
Puede que tengas miedo o no sepas cómo empezar, pero hay muchos recursos disponibles para ayudarte.
Si la situación es tan grave que necesitas ayuda y apoyo inmediatos, llama al 911 o ve a urgencias inmediatamente.
Para otros tipos de problemas, como los malos tratos o el abandono, existen organizaciones como los Servicios de Protección de Menores (SPI), que pueden asesorarte sobre la mejor manera de proceder en tu caso y, mientras tanto, protegerte de más daños.
- ¿Cómo afrontan los padres la crianza de un hijo discapacitado? - marzo 3, 2023
- ¿Es aceptable que los hijos desafíen a sus padres? - marzo 3, 2023
- ¿Qué desearían los padres haber hecho de otra manera al educar a sus hijos? - marzo 3, 2023