Criar a un hijo es todo un reto.
Hay que tener en cuenta muchos aspectos de la crianza, como la dieta, la disciplina, la educación y otros.
Una de las cosas más importantes que puedes hacer como padre es inculcar buenos valores a tu hijo.
¿Qué son los buenos valores? Esto puede ser difícil de precisar porque no existe un conjunto específico de ideales para educar a los hijos.
Educar a los hijos significa encontrar lo que mejor se adapte a su familia sin dejar de respetar las normas básicas de respeto, responsabilidad y libertad, y enseñarles a elegir su propio camino en la vida basándose en esas lecciones de la infancia.
Enseñar a los niños a ser responsables y respetuosos.
Enseña a tus hijos a ser responsables y respetuosos.
- Enséñales a cuidar de sí mismos y de sus pertenencias.
- Esto significa que deben limpiar lo que ensucian, así como guardar los juguetes, libros y otras cosas en el lugar adecuado cuando terminen de usarlos.
- Enséñales a respetar a los que les rodean, incluidos familiares y amigos, así como a los desconocidos en la calle o en el autobús de vuelta del colegio, en caso de que no haya padres cerca para hacerlo (esto último puede ser más probable en algunas zonas rurales).
- Enseña a tus hijos que ser educado contribuye en gran medida a que la gente se sienta cómoda a nuestro alrededor, lo que puede ayudarnos a llevarnos mejor con la sociedad en general, ya que todo el mundo tiene menos niveles de estrés cuando interactúa con los demás en lugar de sentirse siempre incómodo debido a la falta de respeto mostrada por otras personas que pueden no saber nada mejor, pero que actúan como idiotas de todos modos, ¡porque no les importa nadie más que ellos mismos!
Desarrollar un vínculo de amor con el niño.
El aspecto más importante de la crianza de un niño es desarrollar un vínculo afectivo con él.
Un buen padre pasará tiempo con sus hijos, será cariñoso y respetuoso con ellos y les ofrecerá apoyo cuando sea necesario.
También será un buen modelo de cómo comportarse en distintas situaciones (por ejemplo, qué decir o hacer cuando alguien está enfadado).
Por último, la coherencia es clave: no sólo es importante que cumplas tus promesas, sino también que seas predecible: si un día dejas que tu hijo se quede hasta tarde viendo la tele y otro día tiene que irse a la cama a las 20.00 en punto, independientemente de lo que ocurra durante la noche, esta incoherencia puede afectar negativamente a su sensación de seguridad al saber lo que se espera de él en cada momento.
Ser flexible y no imponer normas rígidas imposibles de cumplir.
Uno de los aspectos más importantes de la educación de un niño es ser flexible y no imponerle normas rígidas imposibles de cumplir.
Es importante que cometan errores y aprendan de ellos, expresen sus emociones, tomen sus propias decisiones y aprendan de sus errores.
Encontrar el equilibrio entre ser estricto e indulgente.
El equilibrio ideal está entre la severidad y la indulgencia.
La severidad es la capacidad de imponer normas y castigar las transgresiones, mientras que la indulgencia es la capacidad de perdonar los errores y no castigar las transgresiones.
Es importante que los padres encuentren este equilibrio para que puedan ayudar a sus hijos a aprender de sus errores sin castigarles con demasiada dureza ni dejarles escapar con demasiada facilidad.
Fomentar la libre expresión de ideas, opiniones y emociones.
Los niños necesitan poder expresarse.
Necesitan poder comunicar sus sentimientos e ideas, así como comprender que otras personas también tienen problemas y sentimientos.
Fomente la libre expresión de ideas y opiniones de su hijo haciéndole preguntas sobre lo que piensa o siente, en lugar de decirle lo que usted piensa o siente sobre algo (esto a menudo puede llevar a los niños a creer que sólo una opinión es la correcta).
Al animarles a compartir sus pensamientos contigo, aprenderán lo importante que es para las personas en general -incluidos los niños- ¡no sólo para los adultos!
El objetivo es enseñar a los niños los valores del respeto, la responsabilidad, la flexibilidad y la libertad para que se conviertan en adultos capaces de tomar buenas decisiones por sí mismos.
El objetivo es enseñar a los niños los valores del respeto, la responsabilidad, la flexibilidad y la libertad para que se conviertan en adultos capaces de tomar buenas decisiones por sí mismos.
Respeto: Hay que enseñar a los niños a respetar a los demás y también a sí mismos poniendo límites a lo que es un comportamiento aceptable o no.
Por ejemplo, si un niño pega a otro en el colegio, es tarea de los padres hablar con él sobre por qué estuvo mal y cómo puede evitar volver a hacerlo en situaciones futuras.
Responsabilidad: La responsabilidad implica hacerse cargo de los propios actos, así como entender que hay consecuencias cuando uno hace algo malo o incorrecto (aunque nadie se dé cuenta).
Flexibilidad: La flexibilidad nos ayuda a evitar ser demasiado rígidos cuando intentamos algo nuevo; nos permite adaptar nuestras ideas en función de las opiniones de los demás sin comprometer demasiado nuestra integridad.
Libertad: La libertad da a cada persona de la sociedad (incluidos los niños) la oportunidad de expresarse.
Conclusion
El objetivo es enseñar a los niños los valores del respeto, la responsabilidad, la flexibilidad y la libertad para que se conviertan en adultos capaces de tomar buenas decisiones por sí mismos.
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